EL FASCISMO

El fascismo corresponde a los italianos porque está
en su naturaleza y entraña sus aspiraciones,
exalta sus odios, tranquiliza su inferioridad.
El fascismo es demagógico pero patronal
retórico, xenófobo, odiador de cultura,
despreciador de la libertad y de la justicia,
opresor de los más débiles, siervo de los más fuertes,
siempre propenso indicar en los "otros"
como la razón de su propia impotencia o derrota.
El fascismo es lírico, gerontófobo,
gamberro si necesita, siempre estúpido,
pero presto, plagiador, manierista.
No ama la naturaleza, porque identifica
la naturaleza con la vida en el campo,
o sea con la vida de los siervos; pero es paleto,
es decir tiene la jactancia del siervo enriquecido.
Odia los animales, no tiene el sentido del arte,
no ama la soledad, ni respeta a su vecino,
que sin embargo no respecta a él.
No ama el amor, sino la posesión.
No tiene sentido religioso, sino ve en la religión
el baluarte para evitar que los otros
alcancen el poder. Cree intimamente en Dios,
pero como en una entidad con la cual estableció
un pacto, do ut des. Es supersticioso,
desea ser libre de hacer lo que quiere,
especialmente si es con daño o
fastidio de los otros.
El fascista está dispuesto a cualquier cosa
siempre que le admitan que él es el patrón, el padre.
Las madres son generalmente fascistas.

Ennio Flaiano (1910-1972)

desde Diario degli errori (Bompiani, Milan 1995) traducción: Andrea Gaddini

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página creada el: 6 febrero 2006 y puesta al día el: 100 marzo 2010